Las previsiones auguraban una buena mañana y decidimos aprovecharla acercándonos a Orduña para realizar una preciosa circular por la Sierra Sálvada o Gorobel.
Aparcamos en el barrio de Santa Clara frente al garbigune y comenzamos a rodar por carretera en dirección al puerto de La Barrerilla (645m). Hay que tener cuidado con el tráfico en este tramo de curvas ya que la visibilidad es reducida. El buen firme nos permite ir subiendo sin mayores dificultades y para cuando nos queremos dar cuenta ya estamos arriba.
Poco después de pasar la señal del puerto debemos desviarnos a nuestra derecha y seguir en dirección Untzaga. Pronto alcanzamos el pueblo y pasamos de largo buscando la conexión con la pista que bordea el circo de Delika. El terreno se vuelve más abrupto cuando nos unimos con el camino que viene desde Delika y nos enfrentamos a una pequeña subida antes de llegar al borde del precipicio. En cuanto superamos este repecho podemos disfrutar de unas increíbles vistas a nuestra derecha.
Este tramo es llano y tenemos dos opciones: seguir por la pista más ancha y marcada o continuar por el sendero que va bordeando la caída cerca de la valla de espino. Elegimos la segunda opción y avanzamos esquivando ganado mientras vamos girando en dirección al Nacimiento del Nervión.
Cuando nos acercamos al Salto del Nervión hay que bajar una pequeña ladera con cierta pendiente a través de un sendero pensado para ser recorrido caminando. La relativa dificultad técnica de este tramo hasta que alcanzamos el borde de la cascada lo convierte en bastante interesante. Más aún en la parte final, cuando nos encontramos en el cauce seco del río y vamos superando obstáculos hasta el mismísimo salto de más de 200 metros.
Tras jugar unos minutos con el vértigo y alucinar con las vistas volvemos sobre nuestros pasos remontando el cauce. Salimos del mismo empujando la bici por el margen derecho del río, superando una incómoda cuesta que nos lleva al camino de gravilla que conduce al mirador. Una vez arriba recorremos unos metros para llegar a esta plataforma artificial desde la que observamos el lugar en el que hemos descansado minutos antes.
De nuevo deshacemos el camino y pedaleamos estirando las piernas hasta el siguiente cruce en el que giramos a nuestra derecha. Justo en este punto podemos hacer una parada para echar una ojeada a la representación de una lobera junto con los cazadores y el lobo. La actividad ganadera en esta zona siempre ha sido intensa y las cacerías de lobos y la protección con mastines era algo habitual
Retomamos la ruta para continuar entre hayas por la cómoda pista de gravilla que conduce hasta la Casa del Parque ‘Monte Santiago’, donde encontraremos información sobre este espacio natural. A la altura de este edificio debemos tomar la pista que continúa por la derecha en dirección al Monte Santiago (940 m). Tras superar un pequeño desnivel llegamos al buzón y mirador con el mismo nombre.
El siguiente objetivo es alcanzar la carretera que trepa por el Puerto de Orduña. Tomamos esa dirección y seguimos la senda cuyo firme se vuelve algo más incómodo. Tras algunas subidas y bajadas rodando cerca del precipicio descendemos hasta la carretera.
No recorreremos muchos metros por asfalto puesto que poco después de comenzar a descender por la carretera giramos a nuestra izquierda en dirección al Txarlazo. De nuevo estamos subiendo por una pista de gravilla y el sol golpea con fuerza a estas alturas de la ruta. Pasamos por el Pico del Fraile y ya vemos la imagen de la Virgen en la lejanía. Sólo nos queda una última subida.
Tras visitar el buzón del Txarlazo (933 m) buscamos la sombra que nos regala el imponente monumento a la Virgen de Orduña y descansamos un poco antes del largo descenso que tenemos por delante.
Dejamos atrás la cima y buscamos un curioso paso entre paredes de piedra protegido por una barrera metálica. Único camino que parece conducir hacia Orduña bajando por las verticales paredes. Curva tras curva restamos metros al altímetro por un suelo bastante roto durante la primera mitad del descenso debido a la gran cantidad de piedras con las que nos encontramos.
Poco a poco el camino va mejorando y podemos ganar velocidad hasta que finalmente llegamos al pueblo de Orduña, donde podemos tomar una buena cerveza recuperadora en cualquiera de sus bares de la parte vieja.